Estos jardines, que nacieron como rosaleda, son uno de los espacios verdes que se crearon en la montaña de Montjuïc con motivo de la Exposición Internacional de 1929. Una antigua cantera permitió construir un anfiteatro, que cada verano acoge muchas de las representaciones del Festival Grec de Barcelona. Es un lugar soleado, con parterres geométricos, pérgolas y terrazas, desde donde se puede contemplar la montaña ajardinada y la ciudad.