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La primavera es tiempo colores intensos, formas seductoras y aromas dulces y tentadores.
Todo un espectáculo diseñado para galantear con las abejas, despertándose las de la pereza invernal y llevándolas a su momento de máxima actividad.
Es en este momento cuando muchas especies de abejas (en Barcelona hay más de 200 diferentes) necesitan un refugio donde anidar para poner los huevos. Algunas, como los abejorros, lo hacen bajo tierra, pero otros, por ejemplo las abejas carpinteras, necesitan cañas secas, troncos viejos, antiguos agujeros barrenados por escarabajos a la madera ... y muchas veces no es nada fácil encontrarlos dentro de la ciudad.
En los jardines de Joan Brossa se han instalado varios refugios para abejas que reúnen muchas características interesantes para que encuentren un hogar bien acogedor. Protegidos por gaviones metálicos podemos encontrar distintos materiales con agujeros de varios diámetros ideales para que diferentes especies puedan poner los huevos y almacenar alimentos para la futura generación. Después, la madre sellará la entrada con barro. Si vamos estos días tendremos la ocasión de ver cómo de atareadas están entrando y saliendo de su nuevo alojamiento, y si tenemos suerte, incluso el nacimiento de algunos individuos que abren la puerta de barro y ven la luz por primera primera vez.