• 

Se trata de una veintena de sensores colocados en el cruce entre la Gran Vía de Carlos III y la Travessera de les Corts para regular automáticamente las fases de los semáforos y adaptarlas a la realidad del tráfico en cada momento. Los datos captados por los sensores instalados en distintos puntos de la calzada se envían de forma automática al Servicio de Movilidad.
Lo que hace el sistema es "medir cuál es el volumen de tráfico en cada uno de los accesos y, en función de ello, determina cuál es la mejor programación". En total los sensores determinan 8 posibles programaciones de los semáforos.