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La cima del Turó de la Rovira tiene una situación privilegiada con una altitud de 269 metros y un ángulo de visibilidad de 360º, única en Barcelona. Ha tenido varias ocupaciones humanas a lo largo del tiempo, como la de un poblado ibérico. Destaca de esta zona la plataforma de antiaéreos que formaba parte de la defensa de la ciudad durante la Guerra Civil. Aprovechando el abandono de los búnkeres antiaéreos, se pobló con más de 600 barracas durante los años cuarenta del siglo XX. Últimamente se han hecho intervenciones en la zona para hacerla más accesible y dignificarla como espacio de memoria.