27-10-2020
Al norte, el barrio de Gràcia. Al sur, el distrito del
Ensanche, con el Paseo de Gràcia a la derecha. En una ubicación tan privilegiada, se encuentra Seventy Barcelona. Donde conviven las esencias más cosmopolitas de una ciudad polifacética.
Gràcia es el ejemplo de un barrio en la vanguardia de todos los movimientos culturales globales sin perder un ápice de su esencia. Bajo su aspecto de barrio clásico, las plazas de Gràcia nunca duermen empujadas por el aliento proveniente del emblemático Park Güell. Un barrio en ebullición donde las galerías de arte conviven con las academias de swing o su Fiesta Mayor de agostos plomizos y de calles engalanadas, con los restaurantes de cocinas
mestizas.
Y qué decir del Ensanche barcelonés, el puente entre la Vila de Gràcia y la Barcelona milenaria. Ildefons Cerdà, un visionario ingeniero de caminos, canales y puertos, imaginó un universo en el que los hombres y las mujeres se desplazaban al trabajo montados en extraños vehículos, y diseñó un barrio futurista de geometrías racionales tal como demandaba un mundo en plena revolución industrial. A la ciudad de Barcelona se le levantaba el castigo tras la Guerra de Sucesión y el Plan Cerdà expandió la ciudad mediante un barrio de alas abiertas con el señorial Paseo de Gràcia como columna vertebral. En el Ensanche está todo. Los mejores comercios, los mejores restaurantes, el mejor legado de la arquitectura modernista. El Ensanche es un baúl sin fondo y la puerta de esa vieja Barcelona que siguiendo el curso de la Rambla de les Flors muere en el mar.