
A comienzos de 1960, el empresario Joan Rosselló convertía el bar Brindis, situado en el número 17 de la plaza Real, en una cava de jazz. A propuesta del crítico Javier Coma, la llamó Jamboree, una palabra en zulú adoptado por el movimiento escucha que significa "reunión de tribus". El Jamboree nació para dar cabida a las sesiones del Jubilée Jazz Club, una entidad pionera en la difusión del jazz entonces más atrevido en Barcelona. Desde entonces hasta 1968, la cava de la plaza Real consiguió poner a Barcelona en el circuito de giras de las grandes estrellas del jazz. También se hizo famosa entre la intelectualidad y la marinería de la VI Flota que atracaba a menudo en Barcelona.
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