Seu del districte de Nou Barris

Plaça Major de Nou Barris, 1
Nou Barris
08042
Barcelona


http://ajuntament.barcelona.cat/noubarris/ca


Latitude: 2.1714651
Longitude: 41.436835



  • Lugar cultural
  • Lugar sensorial


El Instituto Mental de la Santa Cruz se inauguraba en 1889 por orden del Hospital de Sant Pau con capacidad para más de 700 enfermos y fue dirigido por el Dr. Pi i Molist, uno de los pioneros en el tratamiento de las enfermedades mentales en España. El antiguo Instituto Mental de la Santa Cruz fue construido entre 1885 y 1915 por el Hospital de la Santa Cruz en una finca de 50 hectáreas. El edificio se construyó en terrenos cedidos por un benefactor anónimo cerca de la masía de Ca n'Ensenya, que aún hoy en día está de pie y sirve de local de asociaciones del barrio de la Guineueta.
Fue diseñado por el arquitecto Josep Oriol y Bernadet a partir del proyecto del Dr. Pi i Molist, Pi i Molist entendía el hospital como una institución de vanguardia, un espacio en el que los enfermos, aislados del medio, recibirían buenas impresiones del ambiente que les favorecería su recuperación. Para ello había que situar el hospital en un lugar bien ventilado, provisto de agua y bien lejos de los núcleos urbanos pero a la vez bien comunicado. En ese momento se optó por el actual Nou Barris, una zona agrícola entre el barrio de Horta y Sant Andreu de Palomar en la parroquia de Santa Eulalia de Vilapicina.
Antigua iglesia del Instituto Mental de la Santa Cruz
El edificio era inmenso, tenía doce pabellones perpendiculares, estaba rodeado por una propiedad de más de 100ha desde el fin del paseo de Pi i Molist hasta la cima de Collserola. Dentro de la propiedad había masías, terrenos agrícolas, pastos, etc. Alrededor de un módulo central articulaban las dos alas, que albergaban un departamento general para cada sexo.
El 30 de septiembre de 1987, después de un siglo de existencia, el Mental cerró sus puertas. Hoy sólo quedan tres pabellones ocupados por la Sede del Distrito y la Biblioteca de Nou Barris que permiten apreciar la monumentalidad y la sobriedad que caracterizó la obra, realizada en un estilo neoclásico muy sencillo.
En este inmenso edificio, residían personas que habían vivido gran parte de toda su vida, personas con problemas graves de personalidad, personas la enfermedad de las que hacía difícil su convivencia con la familia, personas entonces mal diagnosticadas porque no se disponían de los medios adecuados para facilitar su rehabilitación social, seres infelices, solitarios, supermedicats los que muchas veces se habían practicado electrochoques, como método más conocido para tranquilizarlos.
Cuando cerraron el centro, los enfermos considerados más leves fueron enviados a casa y se les hacía seguimiento médico desde un centro de día que se instaló en el mismo lugar donde había estado el hospital. Los que no tenían familia que se hiciera cargo, fue enviados a pisos de acogida donde se juntaban 4 o 6 personas con algún tutor. Muchos de ellos, los que habían vivido en el centro la mayor parte de su vida, al sacarlos de su hábitat habitual y fueron trasladados al Frenopàtic o en Sant Boi, murieron. Los periódicos de la época se hicieron eco de todo ello.

Seu del districte de Nou Barris

Plaça Major de Nou Barris, 1
Nou Barris / La Guineueta
08042 - Barcelona
 http://ajuntament.barcelona.cat/noubarris/ca
El Instituto Mental de la Santa Cruz se inauguraba en 1889 por orden del Hospital de Sant Pau con capacidad para más de 700 enfermos y fue dirigido por el Dr. Pi i Molist, uno de los pioneros en el tratamiento de las enfermedades mentales en España. El antiguo Instituto Mental de la Santa Cruz fue construido entre 1885 y 1915 por el Hospital de la Santa Cruz en una finca de 50 hectáreas. El edificio se construyó en terrenos cedidos por un benefactor anónimo cerca de la masía de Ca n'Ensenya, que aún hoy en día está de pie y sirve de local de asociaciones del barrio de la Guineueta.
Fue diseñado por el arquitecto Josep Oriol y Bernadet a partir del proyecto del Dr. Pi i Molist, Pi i Molist entendía el hospital como una institución de vanguardia, un espacio en el que los enfermos, aislados del medio, recibirían buenas impresiones del ambiente que les favorecería su recuperación. Para ello había que situar el hospital en un lugar bien ventilado, provisto de agua y bien lejos de los núcleos urbanos pero a la vez bien comunicado. En ese momento se optó por el actual Nou Barris, una zona agrícola entre el barrio de Horta y Sant Andreu de Palomar en la parroquia de Santa Eulalia de Vilapicina.
Antigua iglesia del Instituto Mental de la Santa Cruz
El edificio era inmenso, tenía doce pabellones perpendiculares, estaba rodeado por una propiedad de más de 100ha desde el fin del paseo de Pi i Molist hasta la cima de Collserola. Dentro de la propiedad había masías, terrenos agrícolas, pastos, etc. Alrededor de un módulo central articulaban las dos alas, que albergaban un departamento general para cada sexo.
El 30 de septiembre de 1987, después de un siglo de existencia, el Mental cerró sus puertas. Hoy sólo quedan tres pabellones ocupados por la Sede del Distrito y la Biblioteca de Nou Barris que permiten apreciar la monumentalidad y la sobriedad que caracterizó la obra, realizada en un estilo neoclásico muy sencillo.
En este inmenso edificio, residían personas que habían vivido gran parte de toda su vida, personas con problemas graves de personalidad, personas la enfermedad de las que hacía difícil su convivencia con la familia, personas entonces mal diagnosticadas porque no se disponían de los medios adecuados para facilitar su rehabilitación social, seres infelices, solitarios, supermedicats los que muchas veces se habían practicado electrochoques, como método más conocido para tranquilizarlos.
Cuando cerraron el centro, los enfermos considerados más leves fueron enviados a casa y se les hacía seguimiento médico desde un centro de día que se instaló en el mismo lugar donde había estado el hospital. Los que no tenían familia que se hiciera cargo, fue enviados a pisos de acogida donde se juntaban 4 o 6 personas con algún tutor. Muchos de ellos, los que habían vivido en el centro la mayor parte de su vida, al sacarlos de su hábitat habitual y fueron trasladados al Frenopàtic o en Sant Boi, murieron. Los periódicos de la época se hicieron eco de todo ello.
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